Cuando a la Dra. Cheryl Winchell le diagnosticaron cáncer de seno a los veintitantos años, se dio cuenta de que el tratamiento que le salvaría la vida podría hacerle correr el riesgo de padecer otra enfermedad devastadora: la osteoporosis.
La osteoporosis se caracteriza por una densidad ósea sumamente baja, que hace que los huesos sean frágiles y quebradizos. Se calcula que la osteoporosis afecta a alrededor de 10 millones de estadounidenses, según la Fundación para la Salud Ósea y la Osteoporosis, en 2021. Otros 44 millones padecen osteopenia, es decir, baja densidad ósea que se considera precursora de la osteoporosis.
La Dra. Winchell, que ejerce en WellMed at Sebastian en Florida, compara los huesos sanos con una roca de lava; gruesa y dura, pero con agujeros. A medida que las personas envejecen, los huesos se vuelven más porosos y débiles. Es entonces cuando pueden empezar a producirse fracturas, afirma la Dra. Winchell.
Los factores de riesgo son la edad, los antecedentes familiares, la disminución de los niveles hormonales, tanto en mujeres como en hombres, algunas medicinas y el tabaquismo.
Otros factores de riesgo son la raza (las mujeres asiáticas y blancas no hispanas tienen mayor riesgo que las mujeres hispanas y las afroamericanas) y enfermedades como las endocrinas y hormonales, las enfermedades gastrointestinales, la artritis reumatoide, ciertos tipos de cáncer y el VIH/SIDA.
La Dra. Winchell presenta varios factores de riesgo. Además de tener antecedentes familiares de enfermedad ósea, el tratamiento del cáncer aumenta el riesgo. La doctora toma un bloqueador hormonal, que incluye la osteoporosis como efecto secundario, y se sometió a una histerectomía como precaución contra la reaparición del cáncer de seno. A los 50 años, a la Dra. Winchell le diagnosticaron osteopenia. Para combatir esta enfermedad, sigue una dieta saludable, toma suplementos de calcio y vitamina D, y hace ejercicio todos los días.
La osteoporosis es más común en mujeres que en hombres. Dado que la baja densidad ósea no presenta síntomas, como dolor, muchas veces la primera señal es una fractura, por lo que es importante empezar a realizar pruebas de detección de forma anticipada y periódica. La densitometría ósea es indolora y no invasiva. Las mujeres deben hacerse la prueba alrededor de los 50 años y después, cada dos años, siempre y cuando los resultados sean normales. Otro buen momento para empezar a hacerse las pruebas es durante los primeros cinco años después de la menopausia. En este período, las mujeres tienden a perder densidad ósea rápidamente.
Llevar un estilo de vida saludable que incluya una buena dieta, hacer ejercicio con regularidad y dejar de fumar ayuda a prevenir la osteoporosis. Comer alimentos ricos en calcio y consumir suficientes proteínas y vitamina D ayuda a tener huesos sanos. También se recomienda mantener un peso saludable y hacer ejercicio aeróbico y con pesas con regularidad, como caminar, bailar, practicar taichí y hacer ejercicios de fortalecimiento. La Dra. Winchell sugiere hacer ejercicio llevando pesas de una libra para aumentar la resistencia en la parte superior del cuerpo.
Hable con su médico sobre el uso a largo plazo de medicamentos que puedan causar pérdida ósea, y de paso, sobre la prevención de caídas. Hay formas económicas de preparar su casa para evitar caídas, como usar focos/bombillas en las áreas menos iluminadas, deshacerse de cosas que puedan hacerle tropezar, como tapetes, e instalar agarraderas en el baño. Por último, si fuma, deje de hacerlo. Inscríbase en un programa de ayuda para dejar de fumar.