A la mayoría de las personas, el término médico rural nos trae a la mente la imagen de una persona amable con un maletín negro y un estetoscopio, que dedica parte de su día a hacer visitas a domicilio; en resumen, una persona confortante, servicial y amable.
Aunque el Dr. Michael Snyder, que ejerce en WellMed at Pleasanton en Pleasanton, Texas, posee todas esas cualidades, también es un experimentado profesional de la salud con capacitación especial en atención médica rural.
“Es necesario tener un conocimiento más amplio de todos los problemas con los que uno se puede encontrar que si estuviera ejerciendo en algún lugar donde hubiera todos los posibles especialistas del mundo”, comentó el Dr. Snyder. “Aquí uno hace mucho más de lo que haría en una ciudad”.
La mayoría de los médicos rurales de atención primaria trabajan con una población que, muchas veces, carece de fácil acceso a hospitales, clínicas de atención urgente fuera del horario de atención habitual y especialistas. Los residentes de zonas rurales también están expuestos a un aumento en las tasas de mortalidad, suelen adoptar comportamientos de mayor riesgo para la salud, como beber alcohol y fumar, y tienen más probabilidades de volver al hospital después del alta.
Por estos motivos, es fundamental que los médicos de atención primaria y el personal de apoyo de los pueblos pequeños, que podrían ser el único recurso de atención médica a una distancia de varias horas en coche, conozcan muy bien la atención médica preventiva y el manejo de emergencias que normalmente se remitirían a un hospital o a un especialista.
Para el Dr. Snyder, esto implica tratar accidentes, exposición al calor, picaduras de insectos y mordeduras de víboras.
“En Texas todo trata de morderte, clavársete o picarte”, añadió el Dr. Snyder. Los accidentes son más infrecuentes, pero también ocurren.
“Aquí en la clínica atendimos a un hombre que sufrió un accidente con maquinaria agrícola que le aplastó un pie y tuvo que pasar un mes en el hospital”, recordó el Dr. Snyder.
Mientras trabajaba en la zona de Idaho y Montana, el Dr. Snyder también trataba heridas de bala.
“Allá atendí a muchos heridos de bala”, agregó. “Uno de ellos no fue un accidente, pero todos los demás eran accidentes de caza o de tiro”.
Como médico rural, “uno es hospitalista, brinda cuidados en la Unidad de Cuidados Intensivos (ICU, por sus siglas en inglés), cuidados geriátricos, cuidados terminales (hospice) y atiende a pacientes con necesidades especiales (C-SNP, por sus siglas en inglés)”, afirmó el Dr. Snyder. “También podría uno encontrarse con situaciones de sala de emergencias”.
Cuando el Dr. Snyder vivía en el este de Idaho le ocurrió un incidente inolvidable.
“Un niño pequeño se había caído en una zanja de riego llena de agua a 38 grados Fahrenheit de temperatura y no respiraba; estaba sin vida”, cuenta el Dr. Snyder. “El hospital principal estaba a dos y media horas en coche y a 45 minutos en ambulancia aérea, así que lo mantuvimos caliente. Sobrevivió y tres meses después ya andaba corriendo por mi clínica como si nada hubiera pasado”.
Afortunadamente, Pleasanton tiene acceso a centros médicos de San Antonio a menos de una hora, pero el Dr. Snyder afirma que es una distancia que la mayoría de los pacientes preferiría no recorrer.
“Nadie quiere ir a San Antonio para que le atiendan”, dijo el Dr. Snyder. “Es cierto que, dependiendo del motivo por el que se les envíe allá, van a ir, pero casi siempre prefieren que resolvamos su problema aquí”. Para facilitar las cosas, la clínica del Dr. Snyder hace los análisis de sangre necesarios y realiza un seguimiento de los pacientes para reducir el tiempo que tienen que permanecer en la ciudad.
Incluso los pacientes de cáncer prefieren estar cerca de casa.
“Contamos con cuidados terminales que cubren nuestra zona, y en casi todos los lugares donde he trabajado había cuidados y servicios terminales”, agregó el Dr. Snyder. “Estos son indispensables para el médico de atención primaria (PCP, por sus siglas en inglés) si el paciente tiene cáncer. Los enfermeros de cuidados terminales conocen muy bien su trabajo”.
Uno de los aspectos de la atención médica rural más difíciles de atender es el de la salud mental y del comportamiento.
“La mayor parte se realiza por telemedicina y las personas no están muy satisfechas con eso”, comentó el Dr. Snyder. “Los pacientes prefieren venir a verme, sobre todo para que les ajuste la medicación”. De este modo pueden ahorrarse el viaje a la ciudad, pero para los pacientes con enfermedades más graves, como trastorno bipolar o esquizofrenia, el trayecto puede ser inevitable.
A pesar de estas dificultades, el Dr. Snyder está contento.
“Estoy en una clínica rural que atiende a adultos mayores y eso me agrada”, afirmó el Dr. Snyder. “Me parece que he acabado en el lugar perfecto para mi formación como médico”. Gracias al programa de atención domiciliaria de WellMed, el doctor puede hacer visitas a domicilio, como los médicos de antaño.