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El Dr. Armando Osio nació en Crystal City, Texas, cerca de Laredo. De joven recorría largas distancias con su familia, trabajando en el campo y recogiendo cosechas, pero su madre siempre se aseguraba de que él y sus hermanos estuvieran de vuelta a tiempo para el primer día de escuela. Aquí nos cuenta por qué se interesó en la Medicina y que se siente muy afortunado por poder prestar sus servicios a los habitantes del Valle del Río Grande.
Cotulla y el trabajo agrícola en el norte
Cuando era muy joven, nos mudamos a Cotulla, Texas, un pequeño pueblo al sur de San Antonio. Todos los veranos viajábamos al norte para trabajar recogiendo cosechas. En los campos, mi madre nos alentaba a hacer todo de la mejor manera posible. Íbamos a Illinois e Indiana a recoger espinacas, espárragos y tomates. El granjero para el que trabajábamos solía cambiarnos de campo, así que trabajábamos todo el tiempo.
Mi mamá nunca nos dejaba faltar a la escuela y nos traía de vuelta todos los años para estar a tiempo para la campana del primer día de clases.
Mis maestros en Cotulla eran motivadores. En mi grupo había menos de 100 alumnos, pero casi todos fuimos a la universidad o a escuelas de formación especializada. Nos convertimos en ingenieros, contadores y electricistas, y siento un gran respeto por aquellos maestros que siempre nos animaban. Gracias a ellos, mis calificaciones eran buenas y obtuve una beca completa para la Universidad A&M de Texas, donde me matriculé en Ingeniería.
De camillero
En aquel entonces conocí a mi futura esposa y, antes de casarnos pasé un verano en McAllen, Texas, para trabajar con sus primos en un hospital. Sus primos eran médicos y me consiguieron un puesto de camillero.
Me gustó el trabajo. Si veía que alguien estaba sufriendo y no había nadie que le ayudara, yo le ayudaba. En aquella época los camilleros podían hacer más cosas que en la actualidad. Me enseñaron a vendar heridas y a tomar los signos vitales. Las sonrisas de agradecimiento de los pacientes me hacían sentir bien. El trabajo no me parecía trabajo.
Los primos de mi esposa me animaron a estudiar Medicina en vez de Ingeniería, y me gustó la idea. Me gradué de la Facultad de Medicina de Texas Tech en 1979. Ya casado, mi esposa y yo regresamos a McAllen y empecé a ejercer.
La salud en el Valle del Río Grande
Llevo 42 años ejerciendo la Medicina en el Valle. Muchos de mis pacientes, tal vez el 80% padecen diabetes o alguna enfermedad crónica, o es probable que sufran alguna enfermedad crónica a lo largo de su vida. Muchos padecen insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o una combinación de ambas. Este problema de salud se debe a muchos factores, desde la dieta hasta la educación y la predisposición, pero WellMed y Optum tienen muchos programas para mejorar la salud de los pacientes. Contamos con programas especializados en diabetes, salud del corazón, medicamentos de bajo costo y sin copago, y cuidados de apoyo. También ofrecemos visitas a domicilio para algunos de nuestros pacientes que simplemente no pueden ir a la clínica en persona.
Reflexiones
Cuando empecé a trabajar en el Valle, los programas de Medicare y Medicaid no eran tan buenos como ahora. No se pagaban las pruebas de detección. Si el paciente era pobre y tenía que decidir entre hacer un copago de alguna prueba o comprar comida, utilizaba ese dinero para comprar comida. El hecho de que se cubran estas pruebas ha ayudado a muchas personas a llevar una vida más sana y ha salvado a muchos otros.
Acudir a donde más falta hace
Todos tenemos un propósito en la vida. Si es el adecuado, nos sentimos realizados cuando nos esforzamos para cumplirlo. Para mí, como médico, uno va a donde más se le necesita. Formo parte de esa área y de este tiempo. Mi motivación es hacer que los pacientes se sientan mejor y se recuperen más rápido, y tengo la suerte de poder hacerlo.
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